Introducción
Tener sensibilidad en los dientes no es una patología, es normal y tiene su razón de ser. Al igual que en cualquier otra parte del cuerpo el dolor nos avisa de que algo no va bien, la sensibilidad en los dientes nos ayuda a reaccionar ante cualquier agresión que pueda dañarlos. Por ejemplo, si por accidente mordemos alguna piedrecita que esté en la comida, el diente sano enviará las señales adecuadas al cerebro para que dejemos de apretar con la mandíbula y el diente no se rompa, las probabilidades de partirnos un diente desvitalizado en esta misma situación serían mucho mayores.
El problema es cuando la sensibilidad en los dientes adquiere un carácter crónico y nos provoca molestias en nuestro día a día, es entonces cuando hablamos de hipersensibilidad dental. Estas molestias son derivadas de la exposición de la dentina a estímulos químicos, térmicos o táctiles y que no están asociados a ningún tipo de patología dental.
Causas de la hipersensibilidad dental
La principal causa de la hipersensibilidad dental es la destrucción del esmalte, la dentina está atravesada por unos pequeños conductos que comunican el exterior y el interior de un diente y que contienen unas terminaciones nerviosas llamadas Fibrillas de Thomes. Cuando falta el esmalte estás fibras nerviosas se encuentran mucho más expuestas ante cualquier estímulo exterior y esto es lo que provoca las molestias características de la hipersensibilidad.
Otra causa de hipersensibilidad dental es la retracción de las encías, si la encía no recubre totalmente el cuello del diente, entonces la dentina queda expuesta ante cualquier estímulo igual que en el caso anterior.
Tratamiento
En algunas personas la hipersensibilidad es tolerable, mientras que en otras es un problema que afecta a su calidad de vida, hábito de higiene oral e incluso a su dieta.
La ausencia de atención a los dientes sensibles puede derivar en otros problemas bucales, esto ocurre cuando el dolor no permite cepillarse los dientes, y por lo tanto se es más vulnerable a padecer caries y enfermedades de las encías. Al tener este tipo de patología hay que consultar con el dentista para que nos indique el tratamiento más adecuado.
Para el tratamiento de la hipersensibilidad se están utilizando diferentes productos tales como dentífricos, geles, colutorios y espráis. En general los tratamientos más exitosos son los que tienen en su composición sales de potasio, sobre todo nitrato potásico.
También es fundamental adoptar medidas preventivas que ayuden a evitar la hipersensibilidad y potenciar aún más el tratamiento. Una de ellas es emplear una técnica de cepillado adecuada que no sea traumática para la encía ni abrasiva para el esmalte, que evite ese desgaste del diente y por tanto la exposición de la dentina.
Otra medida preventiva es evitar el consumo de ácidos en las comidas y bebidas que en pacientes con cierta predisposición pueden erosionar el esmalte (yogures, frutas, zumos y bebidas ácidos, etc.).
Si a pesar de todas las medidas anteriores no ceden las molestias será necesario acudir a nuestro dentista.
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