La influencia del tabaco en nuestra boca va mucho más allá de las manchas en los dientes o el mal aliento. Años de investigación sobre la influencia del tabaco en la encía permiten afirmar que:
- El tabaco determina, en parte, el estado de sus encías.
- Si la enfermedad de sus encías va a ser tratada, la eficacia de este tratamiento es menor a corto y a largo plazo
El tabaco determina, en parte, el estado de sus encías
En general, los fumadores tienen una marcada tendencia a la enfermedad periodontal, como lo demuestra la mayor frecuencia y gravedad de esta enfermedad entre quienes fuman frente quienes no fuman.
Como consecuencia de los efectos del tabaco la encía recibe un menor aporte sanguíneo y de oxígeno, a la vez que disminuyen sus mecanismos defensivos contra las bacterias causantes de la enfermedad periodontal. Esto permite que estas bacterias, al acumularse en el interior de la encía, causen una mayor destrucción en los tejidos que sujetan al diente.
Si usted fuma, no suponga que sus encías estén sanas porque no sangren. La encía de quienes fuman durante largo tiempo es más dura y tiende a sangrar menos por el menor aporte sanguíneo, lo que quiere decir que la encía puede estar muy afectada sin llegar a sangrar.
Su usted fuma, la eficacia del tratamiento es menor
La eficacia del tratamiento de encías es mucho menor en los fumadores. Incluso ciertos tratamientos complejos, claramente beneficiosos en personas no fumadoras, pueden ser desaconsejables si usted es fumador.
Para conseguir que los dientes no se pierdan y permanezcan en boca el mayor tiempo posible tras haber sufrido enfermedad periodontal, es necesario eliminar las bacterias causantes mediante la combinación de tres medidas:
- El tratamiento periodontal inicial
- Una correcta higiene bucal diaria
- Las revisiones periódicas en la clínica dental
Pues bien, sabemos que estas medidas son sumamente eficaces para controlar su enfermedad pero, si usted fuma, su encía es tan vulnerable que la eficacia del tratamiento es mucho menor.
En definitiva, el consumo de tabaco predispone a la enfermedad periodontal, la agrava y limita la eficacia del tratamiento periodontal.