Una boca completa tiene treinta y dos dientes, uno menos no debería significar nada ¿verdad?, casi ni se nota. Nada más lejos de la realidad, este craso error conduce a demasiados españoles por un tortuoso camino que en pocos años puede manifestarse de muy diversas formas dependiendo de la zona de su boca en que falte el diente.
Si perdemos un molar se inicia un desequilibrio masticatorio en que la trituración de los alimentos se hace del lado donde no faltan muelas, lado de trabajo, quedando el otro sin apenas función, lado de equilibrio. Esto conduce a un mayor desgaste, más fuerza muscular y más presión en la articulación del lado de trabajo.
Los molares limítrofes al que falta se desplazan, rotan y desarticulan inclinándose generalmente hacia el espacio libre y el hueso que los soporta va debilitándose. Órgano que no se usa, se atrofia.
Aquel engranaje perfecto cúspide a fosa que normalmente se produce al final de la erupción, se pierde y chocan de forma anárquica algunas cúspides (oclusión traumática), también se pierden los puntos de contacto, aumentan los empaquetamientos de restos alimenticios que al fermentar producen caries. Se forma más placa bacteriana y más sarro por falta de fricción de alimentos consistentes y más inflamación gingival.
Con el tiempo, donde falta el diente, se atrofia el hueso perdiendo altura y anchura, esto es un problema que suele complicar mucho la reposición del diente con un implante.
Muchos casos de patología de la articulación témporo-mandibular tienen su origen en la pérdida de un diente molar.
Si, por la razón que fuere, hemos perdido un diente, cuanto antes lo repongamos mejor y si es con un implante todavía mejor porque no sólo no destruimos los de al lado, como sucede con la prótesis fija, sino que reponemos la raíz y la corona, cosa que ningún otro tratamiento actual hace.
Naturalmente, todo lo antedicho nada tiene que ver con los terceros molares (muelas del juicio), que plantean más problemas a nuestra boca que beneficio. Podríamos decir que el mejor cordal es el que no existe. Cordal es sinónimo de muela de juicio.
Si falta un diente anterior los problemas estéticos destacarían sobre la merma de función trituradora, aquí adquiere especial relevancia la pérdida de hueso que complica la instalación de un implante, obligando a la regeneración ósea para lograr una buena estética. Lo ideal es que antes de extraer un diente anterior este programada su reposición con implante.
1 comentario en «¿Qué supone la pérdida de dientes?»
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